Capítulo 6.5 Jinohra- Sangre Real

JINOHRA

Llegamos hasta el foro de uno de los programas más importantes de ambos reinos, Lisburn y Newry. Entramos al estudio entre aplausos y gritos ensordecedores, pero en cuanto se percataron de nuestra presencia todo se quedó en un silencio, que a mí me resultaba incómodo.

Nos presentaron ante el público y ante los televidentes, que probablemente en Newry estarían escondidos ya que estaba prohibida la televisión en nuestro país, pero era sabido por todos que había sitios clandestinos donde la veían.
—Buenas noches Newry, buenas noches Lisburn—inició Aivan con su discurso.
Se veía tan imponente en el escenario, mientras todos lo observaban, mientras yo me sentía pequeña en aquel lugar, nunca me había gustado estar ante el público, ese era uno de mis más grandes temores y se había hecho realidad, sin embargo tenía a Aivan para apoyarme.
Continuó hablando mientras yo trataba de distraerme revisando alguna cara familiar entre el público, esperaba que Cassy estuviera aquí para vernos, para festejar con nosotros el compromiso—la veré en una semana, princesa—recordé decir a mi amiga. Había cometido una tontería al aceptar la propuesta de Huge, pero ese error no lo volvería a cometer.
—Hemos venido a darles un aviso muy importante—continuó Aivan.
Cada palabra que salía de él me ponía más nerviosa. Probablemente jamás en mi vida estaría tan intranquila, sabía lo que venía, sabía perfectamente lo que haría pero yo estaba bloqueada mientras mi prometido guardaba su miedo y no lo mostraba.
—Princesa Jinohra—musitó hincado frente a mí mientras extendía una caja con una sortija dentro— eres una persona maravillosa, una de las mejores personas que he conocido en mi vida—continuó y me llevé instintivamente las manos al pecho, mientras una de ellas se desplaza lentamente para cubrirme la boca—eres la mejor chica que cualquier hombre podría tener y yo sería un tonto si te dejo ir de nuevo.
Me dio el anillo y me quedé admirándolo, tenía una hermosa esmeralda adherida en la cima y alrededor tenía simples diamantes pequeños, todo el aro era de color plata, brillando ante las luces de los reflectores.
—Jin, ¿te casarías conmigo? —interrogó mientras yo me bañaba en lágrimas de felicidad.
Mi hombre perfecto estaba frente a mí, estaba pidiéndome matrimonio ante todas las personas de ambos reinos.
—Aivan, sabes que sí, y aún si me lo pidieras dentro de mucho tiempo siempre sería sí—fue lo único que logré articular con un hilo de voz que aún era audible, al menos para él lo era.
Enseguida me abalancé sobre mi prometido para darle un abrazo de alegría, después de todas las cosas que pasamos, después de tantos problemas y peleas por fin habíamos caído en la cuenta de que nos amábamos, de que nos necesitábamos mutuamente.
Salimos del foro tomados de la mano, el tiró de mí hacia su cuerpo y recibió mi boca con la suya. Nos besamos apasionadamente, como si por el simple hecho de parar, el mundo se acabara.
El mejor beso del mundo, nuestras respiraciones se volvieron entrecortadas, amenazando con romper nuestro fantástico momento.
—Gracias—murmuró apoyando su frente contra la mía—gracias por todo esto—me plantó un fugaz beso y nos introdujimos juntos al auto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario