Capítulo 5 Aivan- Sangre Real

AIVAN

Ay no, ay no, ay ¡no! —Me gritaba mi subconsciente— ¡Acabas de besar a Jinohra!

Ya estaba perdido, había dado el paso que me faltaba para quedar completamente prendado de ella, de mi querida prometida Jinohra.
Nos separamos jadeantes y mirándonos a los ojos, no podía disimular mi evidente sonrojo, no después de decir lo que dije y hacer lo que hice, todo mi mundo se estaba poniendo de cabeza.
Caminamos sin sentido fuera del auto, no me sentía lo suficientemente capaz de tenerla durmiendo en mi habitación mientras yo estoy en un sillón. Moví mi cabeza de un lado a otro para alejar ese pensamiento de mi mente, no puedo seguir pensando en esto.
—Voy a dar una vuelta—le avisé a Jinohra para que no se preocupe, bueno si es que se preocupa por mí.
Tomé las llaves y regresé a mi auto, arranqué de una manera descomunal y recorrí las calles de Lisburn. No tenía ganas de hacer algo, ahora nada tiene sentido, incluso comienzo a sentirme un poco paranoico, pues a cada chica que noto con el cabello recogido pienso que es Jinohra.
Inconscientemente suelto un suspiro, ¿qué está mal conmigo?, bajo de mi auto y me dirijo a un puente que conecta con Campterlyn, el sitio donde vive Cass.
Llego al otro lado y sin la valentía suficiente de ir a la casa de mi amiga, apoyo los codos en el barandal y me relajo como si estuviera en un cuarto sólo. Respiro profundamente tratando de clamarme, pero parece imposible, pues las personas cruzan de un lado a otro murmurando cosas que a veces no tienen sentido.
Estoy a punto de entrar a un estado relajado, acostumbrándome al ruido circundante, pero un tipo con una chaqueta de cuero me roza con su hombro, haciendo así que pierda un poco mi equilibrio; giro sobre mis talones y veo al imbécil sonriendo de manera sancarrona frente a mí.
— ¿Qué hace un príncipe en la ciudad de los plebeyos?
—Tratando de evitar a personas tan molestas como tú, lárgate Huge—riño, pues no tengo ganas de discutir con él.
—Lo mismo opino, nos vemos—se da la media vuelta y cruza hacia la casa de Cassidy, ¿por qué tenía que verla?, cierto, ellos se estaban besando quizá arruinarles la noche me levante el ánimo.
Camino con un paso decidido a la casa de mi amiga, seguramente se enfurezca en cuanto me vea pero no me interesa, no es a ella a quien quiero ver en este momento, sino al estúpido de Huge.
Llego hasta su cercado y llamo a su puerta, inmediatamente sale ella a recibirme con una cara de pocos amigos.
—A mí también me alegra verte—mascullo mientras entro sin su consentimiento a su hogar.
Me quedo pasmado a mitad del pasillo cuando veo a Jinohra y a Huge riendo mientras Huge acerca su mano a la de mi prometida.
—Hum—me aclaro la garganta y todos giran a verme. Huge esboza una sonrisa burlona y arrogante mientras que Jinohra se pone pálida y la mandíbula cae ligeramente abriendo la boca— ¿a qué se debe la reunión? —interrogo viendo a Huge a los ojos.
Ese maldito infeliz me las va a pagar en cuanto alguien me dé una razón coherente de por qué están ahí.
—Ya basta Aivan, no puedes entrar a sí a mi casa—grita tras de mí Cassidy, pero se cubre la boca cuando me observa mirando fijamente a Huge—debo hablar contigo—trata de jalarme del brazo para hablar en privado.
— ¿Es tan importante como para no decírmelo aquí?, es decir, parece que ellos están muy bien enterados de todo lo que pasa, así que agregarle lo que me vallas a decir no afecta en absoluto.
—Escúchame Aivan, esto es importante.
— ¡Esto también! —alzo las manos con frustración—esto es malditamente importante para mí, así que dime Cassidy, dime qué es lo que debemos hablar en privado ya que en esta habitación nadie respeta nada.
Bajo las manos y siento una bofetada en mi mejilla.
— ¡Cállate Aivan! —Grita iracunda Cassidy— ¡escúchame de una buena vez, esto es por tu bien!
Veo cómo una lágrima rueda por su mejilla y se la limpio con el pulgar, lo que enfurece a Jinohra, quien inmediatamente se interpone entre nuestra amiga y yo.
—Aivan estamos aquí para hablar sobre nuestro compromiso—musita Jinohra de una manera muy serena—vemos la forma de anularlo—baja la mirada hacia el suelo.
— ¿Quieres anularlo? —interrogo mientras tomo su rostro entre mis manos, obligándola a mirarme. Pero ella sólo asiente en un movimiento y yo la suelto.
— A ver príncipe de la estupidez—interrumpe Huge—ustedes no se quieren casar, así que estamos viendo cómo lo podemos arreglar.
Contengo el impulso de golpearlo y decido meter las manos a las bolsas de mi pantalón para evitar cometer alguna tontería frente a Jin.
—Aivan todo esto es cierto, sólo lo hacemos para protegerlos, sabemos que ustedes no quieren casarse pero…—interrumpe Cass pero ella guarda silencio, me examina directamente a los ojos y deja la frase sin terminar—permítannos un momento—indica Cass a Jinohra y Huge, quienes nos miran expectantes.
Ambos salen murmurando algo que no logro escuchar pero que sin duda mantiene mis sentidos alerta, lo estarían siempre que Jinohra estuviera a solas con él.
—Aivan, tú… la quieres ¿cierto? —Pregunta ladeando la cabeza y rastreando expresiones en mi rostro que me delaten— ¡estás sonriendo! —Chilla mientras da saltitos de alegría y toma mis manos— ¡lo sabía!
—Espera Cass, pero no puedo obligarla, ella no cree que yo vaya a dejarla libre, ella ansía la libertad—comento un poco confundido por mi propia confesión.
—Demuéstraselo.
— ¿Pero cómo?
—La conozco lo suficiente como para decírtelo y sería sencillo, más sencillo de lo que piensas, pero se perdería el encanto Aivan, esto tienes que averiguarlo por ti mismo, no puedes enamorar a alguien que no conoces, es parte de “enamorar” —dice mientras esboza una tierna sonrisa.
—Huge te ha afectado—bromeo, pero ella se sonroja.
—No del todo—golpea mi costado con su codo y se cubre la cara con las manos.
— ¿Y qué espera el tonto para darse cuenta?
—No tengo idea—se queda callada mientras baja poco a poco su mirada—gracias por venir—suelta de la nada.
— ¿Por interrumpir su diversión?
—No, de hecho sólo es la diversión de Huge y Jiny, ellos están tramando todo para evitar el compromiso—esboza un sonrisa amarga y se limpia una lágrima.
— ¿Y qué piensan hacer?, probablemente nos podamos mover más rápido.
—Ellos quieren comprometerse—solloza— Huge le pedirá matrimonio a Jinohra dentro de una semana.
— ¿Y por qué los dejas?
—Porque son mis amigos, porque los aprecio demasiado como para interponerme.
— ¡¿Entonces yo que soy?! Yo necesito tu ayuda también.
— ¡Lo sé, y eso sólo lo empeora!
Nos quedamos en un incómodo silencio, mientras yo busco una manera de evitar que Huge llegue tan fácil a Jinohra, no le dejaré el camino libre, no si puedo evitarlo.
Sin dudarlo ni un segundo salgo de la habitación hacia el patio en busca de mi prometida. Giro hacia el jardín y veo a Huge con los labios puestos en los de Jinohra, mientras ella trata de apartarlo y él la sujeta fuertemente por la cintura.
— ¡Eres un maldito bastardo! —grito antes de golpearlo con los nudillos en las costillas para que deje a mi prometida.
Huge se pone de pié y se abalanza sobre mí golpeándome con la rodilla en el estómago y obligándome a doblarme en busca de aire.
— ¡Ya basta Huge! —Grita Cassidy— ¡déjalo!
Sin pensarlo lo tiro de la pierna y cae al suelo mientras lo golpeo en el rostro.
— ¡Aivan, ya basta! —Escucho el gemido de la casi inaudible voz de Jin— ¡ya déjalo!
Estoy bajándome del cuerpo de Huge y éste me golpea en la mandíbula partiéndome el labio y caigo al suelo revisando mi maxilar, inmediatamente me derriba y me golpea en la cara mientras estoy en el suelo, abriéndome la ceja. Me llevo la mano a la herida, y, al sentir el líquido tibio recorrer mi sien me pongo de pié y él cae. Comienzo a patear sus costados hasta que una mano me toma del brazo y tira de mí.
— ¡Ya basta! —Solloza una Jinohra muy asustada— ¡no era necesario! — me aparta de un empujón y corre hacia Huge para levantarlo.
Me limpio la sangre con el dorso de la mano y escupo la sangre que se había acumulado en mi boca, me siento extrañamente alegre de que el maldito haya sufrido todo eso sin embargo, el rostro de Jin me ha partido el alma, su rostro estaba asustado.
—No te vuelvas a acercar a mi prometida Huge, toma esto como una advertencia—logro decir con los dientes apretados. Giro hacia Jinohra para asumir su reacción, pero ella está seria, no tiene expresión de nada en su rostro— Jinohra—musito mientras me acerco a ella
—Solo aléjate Aivan, ya estuvo bien por hoy—masculla entre dientes.
Haciendo caso omiso a sus palabras doy unos pasos hacia el frente, mismos que ella retrocede.
—Jinohra
— ¡Lárgate Aivan, ya tuviste suficiente! —grita antes de entrar en llanto y correr al interior de la casa de Cassidy.
—Aivan, no entres déjala ya, arreglaré las cosas—dice Cass mientras me acerco a su morada—por favor—dice mientras pone una de sus manos sobre mi pecho para calmarme.
Sin dar respuesta giro para verificar que Huge siga en e suelo, y así es. Me alejo con grandes pasos de aquel sitio.
Mis nudillos me duelen un poco, jamás había golpeado así a alguien y menos por una mujer, seguramente ella debe estar asustada, nunca me había visto así, ni siquiera yo me había visto así y sinceramente no tengo planeado volver a golpear a nadie así, no de una manera tan animal como lo acabo de hacer.
Giro el auto hacia la izquierda para aparcar frente al castillo de mi madre, entro sin que los guardias avisen mi entrada, nunca me gustó ese ritual.
—Aivan—dice mi madre mientras baja a Emily de sus brazos.
—Reina—reverencio.
—Ya basta mi niño—dice mientras alborota mi cabello como si fuese un infante— ¿dónde estuviste todo este tiempo? Los guardias me han contado que se perdieron en el bosque que delimita nuestro reino del del rey Neal.
—Sí, nos perdimos pero ya estamos bien, ¿cómo ha estado Emy?
—Ella está my bien, pero sé que tu visita no se debe a tu hermana, puedes decírmelo—musita mientras me sonríe con amabilidad, justo la sonrisa que esperaba por parte de Jinohra cuando la defendí.
—Acabo de golpear a una persona—me encojo de hombros como si eso fuese lo más normal del mundo—pero ese no es el punto, Jinohra me vio y siento que me tiene miedo, no sé qué hacer.
—Te gusta—esboza una amplia sonrisa igual que la que horas antes me dio Cass—en verdad estás enamorado—yo sólo puedo asentir pero frunzo el ceño, no sé por qué tenemos esta conversación frente a mi hermanita.
—Ese no es el punto madre, sólo quiero una solución—espeto molesto.
—Bien, yo no tengo la respuesta, no sé que puede temer de ti, ¡soy tu madre por Dios!, ¿qué puedo saber yo sobre tener miedo?, sabes muy bien con qué clase de persona me casé y sin embargo jamás le temí, ella es completamente diferente a mí Aivan.
—Gracias—me doy la media vuelta y sin despedirme salgo del palacio.
Camino por las calles sin un rumbo fijo, lo único que está en mi mente es no ir a la casa de Cassidy, no volver a ese lugar. Me detengo abruptamente frente a un aparador donde exhiben unos brazaletes, anillos, joyería en general. Entro de inmediato a ver qué productos hay y comienzo a pensar en cuál de todas esas cosas le quedará mejor a Jinohra, sacudo la cabeza en forma de negación para apartar esos pensamientos; pero es tarde, pues de la nada salgo con un reloj de plata con unos diamantes rosados incrustados en lugar de números que indican la hora.
¿Por qué he comprado esto?, es decir no lo necesito y menos con diamantes rosas— por Jinohra—me respondo en automático y frunzo el ceño completamente alarmado por las tonterías que he hecho y que ya han sido suficientes por hoy.
Tonta Jinohra y estúpido yo que no puedo fijarme en alguien más.
En ese instante una idea extraña y retorcida cruza por mi mente y corro hacia el puente. Al llegar a la casa de mi amiga me cercioro de que Jinohra y Huge ya no estén ahí para tramar mi plan, seguramente funciona.
— ¿Eso es todo? —indaga Cass sin darle crédito a mis palabras.
—Debo hacerlo antes de que Huge actúe, si no sucede antes es definitivo, él logrará su cometido.
—Muy bien, entonces cuanta conmigo, sólo tienes tres días a partir de mañana para hacerlo—asiento y me dirijo a la salida.
Todo está bien planeado, nada puede fallar con esto, nada excepto que el estúpido de Huge se me adelante, pero no creo que Jinohra se lo permita, se supone que él lo hará en una semana, mientras yo tengo tres días para actuar e igual Cassidy para hacer que Huge recapacite al respecto.
Llego a mi casa con la esperanza de que Jinohra se haya ido, sin embargo ahí está, esperando en el sillón mientras mira hacia la pared con una furia indescriptible.
—Creo que es hora de que vayas a tu reino, ahí se pone feo cuando anochece—entro musitando y esperando que ella me responda de una manera grosera y tajante como siempre.
—No me importa, creo que es más peligroso estar contigo.
—Ya déjalo Jinohra, eso ya pasó.
— ¿Acaso no te viste?, ¡Por Dios Aivan! —Pausa para acariciar su cabello— ¡lo golpeaste!
— ¡Y él me golpeó! —respondo a la defensiva.
—Pero él no me importa—se cubre la boca como si fuera a salirle algo de ahí.
— ¿Te importo? —pregunto arqueando una ceja con sorpresa.
—No, no es lo que quise decir—noto cómo comienza a ruborizarse y no puedo evitar esbozar una sonrisa.
—Pero tú a mí sí—saco el estuche de la tienda donde está el reloj y se lo doy
— ¿Qué es esto?
—Una caja—bromeo.
—Ya sé que es una caja, me refiero a lo que hay dentro.
—No lo sé, tendrás que abrirlo para averiguarlo—sonrío con satisfacción.
Al menos ahora está distraída tratando de abrir el estuche y se ha olvidado de mi pelea con Huge.
— No…puedo…abrirlo—puja mientras tira hacia arriba la tapa del estuche.
—Es porque tiene un seguro a un lado, no sé es sólo una pequeña observación—río por un breve momento, pues su cara enrojece no se si de ira o de vergüenza, pero no lo quiero averiguar.
— ¡Es hermoso! —Chilla mientras me abraza por el cuello y yo la tomo por la cintura— ¿a qué se debe el regalo?
—No lo sé— me encojo de hombros—sólo lo vi y lo compré.
—Combina perfectamente con esto—levanta la mano y me muestra un anillo con una joya rosada sobresaliendo del resto del aro.
— ¿Qué…qué es eso? —titubeo señalando el anillo de su dedo.
—Un anillo de compromiso
— ¿Mi familia te lo envió?
—No, es de Huge, para por fin poder anular el matrimonio.
Me quedo congelado frente a ella y no sé qué hacer, por primera vez en mi vida estoy realmente perdido, ¡No se qué hacer!

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